miércoles, 1 de septiembre de 2010

COMUNICADO: SINDICATO DE COMISIONES DE BASE DE CANARIAS, C.O.B.A.S.c.o.b.a.s.

ANTE LA BRUTAL AGRESIÓN DE LA POLICÍA MARROQUÍ A LOS ACTIVISTAS CANARIOS

El pasado sábado un grupo de compañeros y compañeras se desplazó a El Aaiún para mostrar su solidaridad con el pueblo saharaui. No es el momento, en este escrito, de recordar la traición de la monarquía española al pueblo saharaui, ni las constantes falsas promesas que desde los gobiernos españoles, desde el de Felipe González al actual de Zapatero, se han hecho e incumplido al pueblo saharaui. Ni el silencio cómplice de España ante el incumplimiento de las resoluciones de la ONU por parte de Marruecos

Pero sí es el momento para denunciar la complicidad cobarde del Ministerio de Asuntos Exteriores español ante la agresión sufrida por los activistas canarios. Si cualquier ciudadano de un país occidental es fruto de una agresión similar, sean los agresores policías o no, el país de los agredidos tendría una respuesta contundente de cara al país de los agresores. Es más, cuando la famosa Marcha Verde, que según Marruecos era espontánea, todos sabíamos que era una marcha orquestada, planificada y manipulada por el Rey de Marruecos. Que la mano del estado represor marroquí estaba detrás de ella. Con estos antecedentes es lógico pensar que la misma mano opresora se encuentra detrás de las agresiones a nuestros compañeros y compañeras.

España ha callado y cuando ha hablado ha sido para desmentir a los canarios. España ha callado y cuando ha hablado ha sido para apoyar al gobierno marroquí y su política genocida y de desprecio a las resoluciones de la ONU. España ha callado y cuando ha hablado ha sido para abandonar a su suerte a los canarios solidarios.

La chulería jaleada en otras ocasiones ante Chávez, y otras naciones del llamado tercer mundo ha brillado por su ausencia en este caso.

Las personas que somos solidarias con el Sahara y con todos los pueblos oprimidos de la tierra no podemos esperar nada de este gobierno, vendido a los intereses espurios de las multinacionales de los fosfatos y cuya política exterior no se decide en Madrid sino en Washington. Afganistán y el Sahara son buena muestra de ello.

E igualmente, como canarios, no podemos sino sentir vergüenza ante la actitud del gobierno de Paulino Rivero en este asunto. Callado tan cobardemente como sus homólogos madrileños. Olvidando que el pueblo saharaui y la solidaridad con él es algo arraigado profundamente en el corazón de todos los canarios.

Por un Sahara libre, por la autodeterminación del pueblo saharaui, no cejaremos en nuestra lucha y en nuestra solidaridad internacionalista.

Canarias, 1 de septiembre de 2010